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lunes, 24 de octubre de 2011

Uno, dos, tres...



"Nosotros recordamos, naturalmente,
lo que nos interesa y porque nos interesa".
John Dewey (Filósofo estadounidense)

Hacía diez años aproximadamente, que entraba por la puerta de aquella fábrica que cuando visitábamos veíamos las cosas de otra manera (dependiendo la situación) sobre todo cuando nos dejaban entrar, que no era siempre… Tenía dos plantas y cada una con su enigma a descubrir con el paso de la noche.


           En la planta baja siempre se encontraban gente más adulta reviviendo momentos de la amada juventud y en la primera gente más adolescente con la "tontosterona" al cien por cien. En esta última planta, tengo buenos recuerdo, ya que a parte de las personas que ponían música, estaba ella... a la que siempre veía bailando sujeta a esa  barandilla gris.

            El regreso se hacía esperar, tanto que cuando entré de nuevo por esa puerta volví a sentir que el gusanillo estaba presente en mi estómago por volver a ver cómo era aquello, los granos de la cara me volvían a salir de forma subrepticia y sobre todo mi cabeza volvía a revivir aquellos momentos del pasado.

            Pero un día regresé... Fue un retorno con mucha intriga al principio pero con mucha decepción al final. No había nada de lo que yo había conocido. La fábrica había perdido su encanto… mucha gente rara  habitaba sus rincones,  no había ningún enigma por descubrir y ella no bailaba apoyada en la barra de aquella barandilla gris…

Hoy todo ha cambiado… seguramente que tú también... ¿Dónde estás? 

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