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sábado, 23 de junio de 2012

Con lágrimas y palabras...


Con lágrimas y palabras, te escribo,
en dónde quieras que estés...

Tú tranquilidad se reflejaba en mi sosiego
cuando estabas cerca, transformándose
en un desasosiego, ahora… al no verte
sentado en tú jardín.

Las ranas sonreían, cuando
te sentabas a su lado, y
los pájaros te cantaban, cuando
volabas con ellos, en esa naturaleza
que todavía no te olvida.

Tú sonrisa… en mi recuerdo,
tú canción… en mis oídos, no pueden
calmar el silencio profundo, que aterra
el rincón que dejastes vacío.

Con lágrimas y palabras, te escribo
en dónde quieras que estés…


A Pepe Morcuende, por haber sido uno más de mi familia.


jueves, 14 de junio de 2012

No olvides quién eres realmente...


“Un día quise ser alguien,
y acabé siendo yo mismo…”
Mario Díaz (Cantautor español)

Es de noche, y aquí estoy, apoyado sobre la barandilla del balcón bajo el humo de un cigarro, reflexionando sobre las vueltas que puede llegar a dar la vida. Miro hacia el cielo y mi visión se va atrás en el tiempo y quizás, la nostalgia me lleva al recuerdo de aquellos maravillosos años cuando estaba en el colegio, donde todo era un juego. Hoy ese juego se ha convertido en una serie de responsabilidades de un tipo u otro. De fondo suena la canción Gloria Bendita de Mario Díaz...

            Recuerdo que lo importante para nosotros en aquella época, era ocupar un rol mediático en nuestro entorno y  por supuesto que este fuera lo más respetado posible aunque como todo muchas veces no era así. Pero en general, podía más el papel descriptivo que la gente te había asignado, que lo que en realidad eras o lo que en verdad tú querías llegar a ser.

            Cuando pensamos en esta materia de roles, seguramente se nos venga a la cabeza las principales figuras que siempre estaban presentes en cualquier grupo de amigos. Personajes como el del líder, el fuerte, el gordo, el empollón, el guapo y el feo, el raro, el tímido, el gracioso, el ligón… y un sinfín de roles impuestos por la oscura o no tan clara realidad que nos rodeaba y que no sigue rodeando, pues siguen estando ahí. En donde muchas veces se estaba tan avezados al rol impuesto, que un día nos lo llegamos o se lo llegaron incluso a creer… hasta tal punto que lo real no era tan real, llegándose a perder incluso la auténtica identidad de uno mismo.

             Hoy vuelvo la vista años atrás… y de repente observo la realidad que rodea el presente, comparo y reflexiono…

            Aunque los roles siguen estando presentes en muchos casos, la vida y la sociedad suelen cambiar, tienden a evolucionar en el sentido amplio de la palabra y tú en relación a ello. Ese rol que creíamos tener asignado en la infancia o adolescencia, la senda del tiempo nos lo ha cambiado en la mayoría de los casos. Ahora el guapo no es tan guapo, el fuerte no emplea la fuerza como instrumento para conseguir lo que pretende, el empollón resulta haberse quedado a medio camino y el que creíamos que era sincero... ¿dónde quedó su sinceridad? He de decir que todo esto también ocurre a la inversa de lo escrito, pero muchas veces, hay que tener en cuenta que la sociedad que te rodea te impone un rol que verdaderamente no es totalmente cierto.


            Obsérvate en el espejo, no te mires solo por la parte de delante, mírate también la parte de atrás y todo lo que sucede a tú alrededor, es importante. Y pregúntate a ti mismo: ¿Ahora cuál es tú rol?, ¿Es igual al de antaño?, ¿Lo has elegido tú o te lo han impuesto?, ¿En qué has cambiado?...





                                                 Imagen: René Magritte         
Esta cara que está oculta, también es importante observarla 
para darse cuenta de las cosas.

            Lo mejor es crearse uno mismo su propio papel y evitar lo impuesto, sé tú mismo, seguramente te vaya bien. La vida y la sociedad cambian, tú forma de pensar también ...