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domingo, 13 de mayo de 2012

Las artes de las musas…


"Un cuadro debe estar compuesto como una sinfonía,
y debe percibirse como una sinfonía
 de los sentidos y de los colores"
Vassily Kandinsky (Pintor ruso)

¿Crees que la música y la pintura pueden tener relación?

En primer lugar, antes de dar contestación a esta cuestión planteada, nos tenemos que centrar en los conceptos de estas dos artes. Por un lado los griegos definían la música como el arte de combinar sonidos y silencios, que tiene como pilar fundamental la melodía, la armonía y el ritmo para la creación o composición musical, en donde el placer de su deleite viene determinado por el sentido auditivo. En cuanto a la pintura, podemos decir que es el arte de la representación gráfica utilizando la combinación de colores con el fin de obtener una creación de formas, texturas, dibujos... dando lugar a una obra de arte según unos principios estéticos. En este caso es el sentido visual el que nos hace disfrutar de tal maestría.

            A la hora de realizar un análisis de la definición de ambos conceptos, apreciamos una importante diferencia como es la forma de percepción, y que nos puede complicar la relación de ambos artes a priori, puesto que la música se descubre a través del medio auditivo y la pintura a partir del visual. Aunque también podemos apreciar cierta similitud ya con solo examinar tal concepción puesto que vemos que ambas son una forma de creación, de composición, de exteriorización…

            Al indagar sobre esta cuestión planteada, no nos puede pasar desapercibida la labor de Kandinsky, ya que analiza a la perfección la relación y similitud de estos dos artes. Para él la música era el referente de toda la creación artística abstracta que él mismo desarrollaba y a la que llegó desde la música, incluso a sus obras las llamó composiciones, algo intrínsecamente musical. Otros de los aspectos importantes que trata en su obra es la disonancia de color y música (algo también muy musical y que se refiere a un intervalo de sonido desagradable), en donde a través de sus obras intentaba transmitir una sensación parecida a la que se podría sentir con la música y la fórmula que utilizaba para llegar a ello se basaba en la unión de forma, sonido y color: "De la misma manera que se combinan los sonidos y los ritmos musicales, las formas y los colores deben combinarse según la interpretación de sus relaciones".

            Si analizamos la obra de Kandinsky, podemos dar respuesta de una forma exacta a la pregunta que planteaba líneas más arriba. Pues su obra se basa en la unión de estos dos artes y podemos considerar como, al ver algunos de sus lienzos, encierra un efecto mágico lleno de color y sonoridad.

            En definitiva creo que la música y la pintura son creaciones en dónde el estado de ánimo juega un papel fundamental y tienen un mismo fin, expresar los sentimientos y hacer llegar al exterior emociones de alegría, pasión, miedo, nostalgia… y que cuando se aúnan entre sí, pueden crear un clima especial a partir de una obra de arte.

            Toda pintura esconde una melodía y toda música un lienzo por descubrir…

            A continuación, muestro el cuadro Amarillo, rojo y azul de Kandinsky, inspirado en la obra musical del compositor y pianista ruso Aleksandr Scriabin, adjunto también un audio de una de sus piezas musicales para poder observar ese hechizo que encierra la unión de estos dos artes.

Amarillo, rojo y azul - Vassily  Kandinsky

martes, 1 de mayo de 2012

Paseo, observo y sonrío...


Vista desde la plaza de El Álamo (Madrid). Cedida por Esther Acosta.

             A lo largo de los meses, sobre todo con la llegada del buen tiempo, si nos fijamos en todo lo que nos rodea, seguramente que no pase desapercibida la imagen que muestro en la cabecera de este post y que, en muchas ocasiones al apreciar dicho retrato, nos hayamos preguntado: ¿De qué hablarán?, ¿Qué será de nosotros cuando seamos mayores?, ¿Estaremos en allí sentados?, ¿Arreglaremos el mundo a nuestra manera con los amigos en la plaza?, ¿Seremos felices cómo ellos aparentan serlo a simple vista?…

            A reflexionar se ha dicho, ya lo decía el filósofo alemán Arthur Schopenhauer, “Los primeros cuarenta años de vida nos dan el texto; los treinta siguientes, el comentario”Y así es y así será como seguramente nos veamos dentro de unos años, cuando hayamos elaborado el texto y estemos sentados en el banco de la plaza del pueblo, apoyado en la madera de nuestro viejo bastón, comentando temas livianos como el tiempo atmosférico, la comida que nos espera en casa, sobre la juventud que merodea por el entorno… También sobre nuestra forma de ver el mundo, en donde por turnos cada uno expresaremos nuestras múltiples fórmulas para arreglar los desastres políticos, en los que estaremos sumergidos.

            Pero nos hemos parado a pensar... ¿Qué sería de nosotros sin nuestros mayores?, ¿Dónde se quedaría la tradición oral?, ¿Cómo sería la plaza sin ellos?, ¿En quién nos reflejaríamos en esta realidad?... Creo que la sabiduría la tienen ellos. Una sapiencia que no está en los libros y a la que algún día nosotros también llegaremos. Como dice la pericia popular, el cumplir años no nos hace más viejos, sino  más sabios. 

            Yo mientras sigo sonriendo, cuando veo esta imagen en cada plaza por la que paso…