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lunes, 22 de noviembre de 2010

Con acento...

Luis Chamizo definía el Castúo como “el habla rural, castiza y mantenedora de la casta de labradores que cultivaron sus propias tierras”, es así como Chamizo describe el habla de los extremeños en los años 20, que queda reflejado en su libro El miajón de los castúos (La miga de pan de los extremeños) y que todavía en muchas partes se sigue conservando parte de él, como en la zona de las Hurdes o Sierra de Gata en la provincia de Cáceres y en la parte de Badajoz sobre todo en la zona cercana a Portugal.

Porque semos asina, semos pardos,
del coló de la tierra,
los nietos de los machos, que otros días
triunfaron en América.
                                                               Luis Chamizo (Versos extraídos del poema Compuerta)

Hace tiempo que soy un gran apasionado a la lectura en habla extremeño, concretamente desde que Don José (como quería que le llamásemos) nuestro maestro del último curso de Primaria nos acercó al castúo de la mano de Gabriel y Galán haciéndonos aprender de memoria unas de sus poesías.

Unas semanas atrás, fui a la librería y pregunté por curiosidad los libros que tenían en castúo, la dependienta se preguntaba, como alguién tan joven podía sentir gusto por un dialecto que cada vez es menos utilizado y me aconsejó que me llevara unos de los últimos libros editados en castúo, su autor es Javier Feijoo y su título El verbo extremeño, en el que Feijoo nos ofrece una obra teatral, en la que los actos están basados en las mejores poesías escritas en castúo por Luis Chamizo, Gabriel y Galán y por el mismo autor.

La casualidad fue cuando empecé a  leer el libro y encuentro que unos de los actos se basaba en esa poesía que Don José  hizo aprendernos, con el fin de que conociéramos lo nuestro más de cerca, aquello que cada vez utilizamos menos... el castúo.

La poesía de la que hablo es El Embargo de José María Gabriel y Galán. Una poesía que refleja un amor en el que el amado por salvar la vida de su amada, lo da todo lo que tiene hasta llegar a perderlo, menos lo que más valor sentimental tiene para él que es la cama en donde murió ella.
(Aquí dejo un fragmento de la misma).

¡Embargal, embargal los avíos,
que aquí no hay dinero:
lo he gastao en comías pa ella
y en boticas que no le sirvieron;
y eso que me quea,
porque no me dio tiempo a vendello,
ya me está sobrando,
ya me está gediendo!





1 comentario:

  1. Agradecido, le facilito varios enlaces:
    http://castuamente.blogspot.com.es/2005/12/gabriel-y-galn-y-el-embargo_23.html

    http://castuamente.blogspot.com.es/

    http://www.extremigrante.dse.nl/menujavier.htm

    Un juerte abrazo.
    JAVIER FEIJOO

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