“La vida se ríe de
las previsiones
y pone palabras
donde imaginábamos
silencios y súbitos regresos
cuando
pensábamos que no volveríamos
a encontrarnos”
José Saramago
(Escritor y novelista portugués).
El sol desaparece con una soberana despedida dejando paso
a la luna que tímidamente saluda, ya que a su alrededor la acompañan un gran
manto revoltoso de estrellas que me hacen pensar…
La noche ha comenzado. ¿Crees que es una noche más? o ¿puede que sea una noche para recordar?.
El
viento sopla, el sonido del grillo cada vez suena más fuerte a mi alrededor, y al caminar
con los ojos observo que la noche es peculiar… y es desemejante porque los
sentimientos y pensamientos que me invaden parecen importarle a esos supuestos espíritus o almas
desencarnadas que se manifiestan de forma perceptible a lo largo de la noche en
forma de musa y me hacen crear (una veces buenos y otros malos) momentos de
mayor inspiración, de reflexión...
Falta poco tiempo para que vuelva a llegar una vez más a
mi destino de cada noche. Mi cuerpo está cansado, mi mente nublada pero cavilo
y examino todo lo hermoso que rodea mi mundo, ellos
están ahí… Cojo un lápiz y un papel y me impulsan a crear, a expresar
quién soy yo... bajo el reflejo de lo que verdaderamente dictamina mi pensamiento.
La luna deja paso al amanecer. Todo se aclara, hasta mis
pensamientos. Noto
un cosquilleo en el estómago y una tristeza despidiendo la noche, que se fue. Pero
la esperanza de este amanecer me deja sensación de haber logrado reconocerme,
de haber conseguido transmitirte lo que pienso, de saber que escribo para mi,
pero que también, escribo para ti…
Ahora solo toca esperar el próximo crepúsculo, para que
vuelvan a aparecer los fantasmas de la noche.