“¿Qué perfección es ésta que complace
y no subyuga, que admira y no arrastra?”
José Ortega y Gasset
Filósofo y ensayista español.
Todo el mundo cuando nos fijamos en alguien, como es lógico, lo primero que nos atrae es la belleza externa de la persona en cuestión, ya que todo el mundo buscamos un estereotipo perfecto que nos venga bien en la medida de nuestros gustos, aunque en realidad luego no merezca la pena. O ¿alguien cuando ve a una persona medita sobre su forma de pensar, forma de ser, forma de trato… de esa persona? seamos coherentes.
Es cierto que en algunas ocasiones, cuando conoces a alguien más profundamente te das cuenta de cómo es, de sus gustos, de sus pasiones… y te gusta y piensas que esa es la persona que exactamente se puede compenetrar contigo de una forma perfecta, esto es lo más lógico. Pero sinceramente, en mucho de los casos vamos más allá de la realidad y seguimos cometiendo el mismo error (y yo el primero) cuando intentamos buscar la persona perfecta, ¿existe alguien perfecto…?
En mi opinión, creo que existe el sueño perfecto que no tiene nada que ver con la realidad en la que vivimos, pero vuelvo a lo de antes, si alguien conoce a alguien o a alguna persona perfecta, ¡decírmelo!, yo no la encuentro…
Él pregunta: - ¿Tú sueñas?
Ella responde: - Depende del día. Suelo soñar muchas cosas.
Él pregunta: - ¿Tus sueños son perfectos?
Ella responde: - Sí, la mayoría de las veces y muchas veces se cumplen.
Él contesta: - ¿Un consejo?, ¡Despierta!
En realidad ¿qué es lo que te atrae de la otra persona?, ¿la perfección o la imperfección? os dejo caer la pregunta, aunque muchos tendréis claro la respuesta imperfecta.
Yo pienso que a la hora de buscar esa perfección lógicamente inexistente, lo más importante es abrir los ojos ante la realidad que nos rodea y evaluar esa realidad una vez que despides, el sueño perfecto...
